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miércoles, 13 de enero de 2021

Pan pita casero


   Después del confinamiento del año pasado, que fue tremendo, he investigado un poco el tema del pan en sartén. Os había dicho que iba a subir unos panes ácimos, sin levadura... pero por en medio he encontrado estas pitas de sartén en internet y me han parecido más divertidas de compartir. No más difíciles, aunque sí tienen tiempos de levado, lógicamente. Más adelante os contaré las otras que son más sencillas pero estas me han parecido más ricas y más completas. Más paneras de textura y sabor. Así pues, os las voy a contar tal y como las he hecho. 

   los ingredientes son:

3/4 de vaso de agua tibia

Un trocito de levadura de pan tamaño dado

Una cucharilla de sal

Un chorrete de aceite de oliva

Unas dos tazas y media de harina (aproximadamente)



En un cuenco ponemos el agua tibia, el trocito de levadura -yo la tengo congelada así que es interesante que el agua esté templada para que se disuelva bien-, la sal y el aceite. Añadimos la harina y vamos removiendo con una cuchara hasta que se empieza a formar una masa que se separa de los bordes. Pasamos a la encimera y trabajamos unos 7 minutos. Lo de la taza no es a boleo. Es una taza -one cup- de medir. Quiero decir que son 150 gramos de agua y de harina 120 x 2,5 aproximadamente -unos 300 gramos o algo más-. Ya sabéis cómo es esto de la harina. Empezamos a trabajar y si está muy pegajosa, añadimos un poquito más. Pero tened en cuenta que el primer amasado siempre es más pegajoso y pesadiño. A la segunda vuelta, la masa se porta mejor. Una vez amasada, formamos una bola

   Mojamos las manos con unas gotas de aceite para untar la bola de masa con ellas para que no se cuartee y la dejamos reposar hasta que doble su tamaño. Como hace un frío que pela... Podemos hacer la masa después de desayunar y dejarla abandonada hasta el mediodía. No necesita compañía ni conversación. La tapamos con un paño o con film de cocina. 


   Quiero deciros que la bolita de masa es más bien pequeña y que la primera foto de la masa es ya levada. Con todo, formamos ocho bolitas que nos van a dar para ocho pitas. Yo las he hecho a ojo pero se pueden pesar si queremos que estén muy iguales. Las volvemos a abrigar y las dejamos reposar unos 45 minutos o hasta que hayan engordado al doble. Esto en verano es más rápido.



   Cada bolita la vamos a estirar con abundante harina con ayuda de un rodillo. Girándola para que quede redondita. De unos 2-3 milímetros de espesor aproximadamente. Se me pasó hacer la foto de las obleas crudas. Siempre pasa algún imponderable...



   Y aquí tenéis la foto de la masa en la sartén, ya hinchada. La sartén caliente sin exagerar. En mi cocina es el 6,5, es decir, con calor pero no al máximo (el máximo es el 9). la ponemos de un lado, empieza a coger volumen y en menos de un minuto le damos la vuelta. Otra vez igual y, a la tercera vuelta, se hincha dejando un hueco en medio, lo que es una pita. Le damos una cuarta vuelta para que se dore un poquito más.

   Puede pasar que la primera no se infle, por no tener la temperatura adecuada, pero se forma un bollo chato muy rico. Quiero decir que no lo tiréis si no sube porque está igualmente muy bueno. Yo creo que el lío puede ser coger el punto de la temperatura, que va a depender de la cocina y de la sartén que usemos. Es tener un poquito de paciencia.




   ¿El resultado? Muy rico, muy casero, tremendamente panero en cuanto al sabor. Ya sabéis que las pitas que venden, lo mismo pasa con las tortitas, siempre tienen un toque de no sé qué, que no es como lo de casa. Esto es mucho más sano y natural. Si sois agitadores de masa como yo, os animo a hacerlas porque son realmente agradables para sustituir el pan si no tenemos oportunidad de comprarlo. O si nos apetece salir. No digo yo que nos vayan a encerrar otra vez ¿quién lo sabe? Pero me hubiera gustado tener esta receta en marzo para hacerla muchos de aquellos días que estábamos a pan de molde o haciendo bollitos al horno. Total, todo es un poco parecido pero la luz... la nuestra es la mejor de Europa y del mundo mundial. Lo digo por el precio.

   Las fotos sé que no están muy bien. Me doy cuenta de que voy a tener que ponerme las gafas de cerca para hacer fotos y bueno... es una cosa más en este mundo de pequeñas dificultades en el que una vive. ¿El resumen de Navidad? Queda pendiente. A ver si lo pongo la semana que viene. Me da pereza porque tengo que subir muchas fotos e ir comentando todo, que me lleva bastante rato pero... peu à peu, las cosas irán saliendo.

   Las Fiestas fueron muy diferentes, más chiquitas y recoletas, pero no puedo decir que no lo pasáramos bien. Desde luego fueron más íntimas pero esto os lo comentaré en el resumen, si Dios quiere, la semana que viene. 

   En cuanto al pan de pita, pues como todo, os animo a intentarlo. Yo lo he hecho un par de veces y me parece una cosa rica y barata de hacer. Para la hamburguesa de arriba, que era regordeta, quizás resultó un poco fina la textura del pan pero de sabor ya os digo que muy rico. Y muy tierno. Por aquí seguiremos, a ver qué nos trae don enero que da miedito. De momento, los gallegos a las diez en casa. Estoy recordando que de joven, salía a veces a las diez de casa. Pues así estamos... Cuidaros mucho queridos amigos. Bicos.

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