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sábado, 26 de diciembre de 2020

Salpicón de buey de Johnny


   Ya hay en este blog un salpicón fácil de Johnny que hace con una pandereta de maruca de las de la Pureza. Muy rico. Este año, que celebrábamos todo en casa por causa mayor, pensamos en preparar algo distinto de los gambones. ¿Por qué? Bueno, entre otras cosas a alguno le da pereza limpiar marisco. Así pues decidimos probar con el buey de mar que venden limpio y congelado. ¿Inconvenientes? Ninguno. No es barato pero cunde bastante y es de muy buena calidad. Este lo compramos en el Mercado Central de Ferrol, el de la Magdalena. Lo encargamos con unos días de antelación y lo pusimos a descongelar el 23 en la nevera porque era para el día de Navidad. Vamos que le lleva su tiempo. ¿Qué más llevaba el salpicón? Vamos allá:

Medio kilo de buey de mar limpio

Una cebolleta

Un cuarto de pimiento verde

Un cuarto de pimiento rojo

Tres-cuatro huevos duros

18 langostinos cocidos y pelados

Aceite y vinagre

   No tengo más foto que la de esta ración, tenéis que disculparme pero estos días han sido de acción trepidante y me ha faltado cabeza. Para hacer el salpicón necesitamos cocer los huevos, eso sí, y picarlos. También vamos a pelar los langostinos. Johnny me dijo que añadió el jugo de las cabezas aplastándolas entre los dedos. Los langostinos, las colas peladas, las cortamos en tres o cuatro trozos. No muy grandes pero que luzcan.

   Cortamos también la cebolleta y los pimientos. Johnny hizo tiritas finas de unos dos centímetros, pero podéis picar a vuestro gusto. Sólo queda mezclar todo. No le añadió nada de sal porque tanto el buey como los langostinos son saladitos.  Vinagre puso poco, de jerez. Y aceite de oliva virgen con cierta generosidad pero sin pasarse a lo loco. Removemos bien y probamos por si que remos poner algo más de vinagre o... salar una pizca. Pienso que no es necesario.

   Tuvimos un acierto, creo yo, que fue llevarlo a la mesa ya servido, puesto con aro en platos de postre sobre el plato llano. Espolvoreamos con perejil y un hilo de aceite. Se podría adornar con un langostino pelado pero se nos pasó y se cortaron todos. No importa. Creo que quedó muy mono, más que llevarlo en una fuente, que hubiera sido un estorbo más en la mesa, y resultó muy cómodo. De sabor, ya os digo que todos se quedaron felices. Encantadísimos. Resultó un entrante realmente exquisito. Os animo a hacerlo porque no tiene dificultad y puede ser uno de los platos de Fin de Año o cualquier otra celebración.


 

   He terminado por hoy pero os adelanto que preparé con los restos de pollo cocido del consomé el, ya tradicional en casa, pastelón de pollo al estilo moruno. Está mal decirlo pero quedó espectacular. La masa comprada, que estoy ya agotadita de cocinar. Creo que cuando pase todo el jolgorio escribiré un resumen de estas fiestas y os contaré todas estas menudencias. 

   Aunque las fiestas han sido distintas y poco concurridas, en casa lo hemos pasado muy bien. Nos hemos hecho regalitos muy divertidos, hemos cantado algo y los nietos nos han hecho reír, que es lo que apetece. Ya os iré contando más cosa. Siento no haber escrito antes, como otros años, pero últimamente no me da la vida para tantas cosas. Espero que lo hayáis pasado razonablemente bien y que hayáis podido celebrar lo que de verdad importa: El Nacimiento del Señor. Nos vemos pronto. Bicos.

5 comentarios:

  1. Muchas gracias Ana. Feliz Navidad.
    Tiene una pinta espectacular.
    Tendré que probarlo

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    1. Nos gustó muchísimo. Creo que fue el gran éxito de estas Navidades. Besos.

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    2. Que rico!! El otro lo hice un montón de veces. Y este, creo que también lo haré!!

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    3. Que rico!! Lo haré también como el anterior!!

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