¡He vuelto! Empezaba a pensar que no iba a publicar nunca más... La vida familiar me ha tenido muy entretenida ejerciendo de abuela. Ahora que he regresado a la normalidad, no la nueva sino la mía, espero que no vuelva a pasar tanto tiempo sin publicar. Hoy os traigo una receta que hicimos mi marido y yo hace unas semanas. Es, para ser exactos, medio jamón asado. Para mi casa un jamón es un disparate. Este es un trozo muy rico, con poco hueso, pero podríais hacer un trozo de carne más pequeño. Si os fijáis en la foto de abajo, la piel viene cortada ya de la carnicería. Lo que he hecho es frotarlo con tomillo, romero y pimienta negra, una cucharadita de cada o más -al gusto- y dejarlo unas horas. Después lo mojamos con aceite de oliva y lo frotamos con sal gorda. Calentamos bien el horno y, como está, introducimos la pieza de carne y la dejamos dorar para que se selle. Puede tardar entre 20 minutos y media hora.
Por en medio de esto he pelado y cortado: una manzana, una cebolla y una rama de apio. Esto lo reservamos.
Preparamos un "almíbar" con medio vaso de agua, dos cucharadas de azúcar, unas bolas de pimienta y un chorretón de cognac. Le damos un hervor y apagamos. Esto lo ponemos sobre la carne ya dorada y lo dejamos en el horno a 180º una hora aproximadamente.
Pasada la hora, incorporamos las hortalizas al fondo de la fuente del jamón y dejamos otra hora más, bajando la temperatura si nos pareciera que está dorándose demasiado. Entre 2 horas y media y 3 puede tardar, según sea de grande la pieza. Esto en mi horno, claro.
Aquí veis que pinta más rica tiene al salir del horno, bien dorado por fuera y completamente hecho por dentro. A veces puede variar según sea el horno pero en caso de duda, lo dejamos más tiempo en el horno a menos temperatura, unos 150º.
Para servirlo, cortamos la cantidad que creamos vamos a necesitar. Es mejor conservar el resto sin cortar para que no se seque. Nosotros preparamos patatas fritas en cuadrados y unos trozos de piña a la plancha, regada con un poco de salsa del asado que quedó deliciosa. Tiene que gustar la piña.
De la salsa que tenemos, podemos dejar parte tal cual, y el resto, la pasaremos con las hortalizas, que han estado una hora al horno y están totalmente tiernas. Queda una salsa espesita y deliciosa. Es de los jamones más ricos que nos han quedado últimamente. Se me ocurre que os puede gustar pinchar la piel con clavos. Ya sabéis que es un sabor intenso pero le va muy bien al jamón. Las cortezas son muy ricas pero no muy digestivas. Yo siempre robo alguna pero con cierta prudencia. En cuanto a las sobras, al día siguiente, un bocadillo de jamón asado frío cortado fino con un buen pan, me parece bastante difícil de superar. Son de los mejores bocatas.
De postre hice un "tocinillo de yogur" que vi por ahí y quedó muy rico. A mí me recuerda a una quesada, o al recuerdo que tengo de ella. Es una cosa fácil de hacer que os contaré otro día. Quedan más cosas por contar, tiempo habrá, si Dios quiere. Por ejemplo, unas tortas de pan sin levadura para hacer en la sartén que yo he hecho ya unas cuantas veces para sustituir el pan o para rellenar con diferentes cosas:
También tengo pendiente una publicación de algunos dulces que he hecho sin lactosa que pienso que pueden ser interesantes. Cosas con las que te encuentras y tienes que resolver...
Pues hasta aquí he llegado. Espero haberme explicado bien con la receta del jamón. Son carnes que salen bien de precio muy interesantes para las familias numerosas, aunque este año las fiestas no van a ser, según parece, muy concurridas. En todo caso, la importancia de la Navidad ya la sabemos todos. Que no nos falte espíritu navideño, que falta nos hace.
Y una cosa que olvidé... ¡Estoy senil! Era jamón Coren alimentado con castañas, que es delicioso. Ahora sí he terminado. Bicos.
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