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lunes, 1 de junio de 2020

Ha llegado junio


   De vuelta después de unos cuantos días. No será que no he cocinado. Os digo la verdad, se me está pasando la vocación cocineril con esto de que no haya ni un pajolero día de descanso. ¡Qué hartura! Pase lo que pase, en esta familia mía todo se celebra comiendo. Estoy bastante agotada. 

   Una de las cosas que ha pasado este mes de mayo, como todos, es que he vuelto a cumplir años. Se me están haciendo muchos y me van pesando. Tuvimos una celebración sencilla, canfurnada diría yo, y sólo hice una tartita La Viña. Lo demás era más bien un picoteo o un segundo desayuno hobbit. Nos reunimos los que pudimos y disfrutamos de una comida familiar. Lo importante es eso, estar juntos.

   Más cosas que he hecho, y ya no sé si están muy ordenadas... Pues por ejemplo unas albóndigas inesperadas con una carne de supermercado bastante corriente y que quedaron sorpresivamente ricas. Las guisé con aceitunas, cebolla y zanahorias. Yo no soy muy aceitunera pero estos sí. Les encantan, así que así fueron. Otro día os las subo explicadas.


 
   Una comida de domingo común en mi casa es el churrasco, o vamos a decir costillas asadas en el horno. Las adobo de diversas maneras pero este día fueron con: Whisky, miel, mostaza, tomillo y pimienta. Las pongo una hora, después añado alitas de pollo otra hora a fuego lento. Por último unos chorizos criollos los últimos 15-20 minutos. Las dejo solitas en casa mientras voy a misa... O sea que nos les hago mucho caso y siempre salen ricas. O casi siempre. Ese día había también una ensalada, unas patatas fritas, pimientos asados y una salsa de nata y queso La Peral. Quedó una comida muy sabrosa y completa. Se comieron absolutamente todo.


   En otra ocasión se me ocurrió hacer "lagarto", es carne de cerdo, no os asustéis. Lo habíamos tomado en Toro y me apeteció. Lo hice dorado y bañado después en soja y miel. Queda muy rico y no tarda demasiado. Y es tierno. También me parece estupendo para aligerar, en el tiempo, una barbacoa. Como podéis ver en la foto lo adorné con sésamo pero es algo que no necesita si no os gusta. Lo otro le va muy bien, soja y miel, y juraría que ya hay en este blog un secreto de cerdo cocinado muy parecido. Ideas...



   Otro día hice Ramen con solomillos de pavo. Si alguno tiene interés lo puedo contar con más detalle pero es la misma receta que el que hice con solomillos de cerdo y publiqué ya en el blog. Queda muuuy rico. Lo del pavo tiene de bueno que es más magro y también más rápido de hacer. Es curioso porque es un plato japonés que ya es totalmente de casa. Se manchan bastantes cacharros pero no es complicado.


   Y una ensalada de pasta que anda por el blog también, quizás con alguna pequeña variante. Lleva:

175 gramos de pasta tricolor al dente
Zanahoria rallada
Dos huevos duros
Aceitunas
Bonito La Pureza
Dados de queso
Aliño normal de sal, aceite y vinagre

   Los tomatitos los puse aparte y, otras veces le añado maíz dulce y la acompaño con mayonesa. Queda muy rica y yo no soy de ensalada de pasta. Vamos que no me encanta.


   El viernes pasado hice una pizza con masa de Lidl y me sorprendió lo rica que quedó. Crujiente y con una miga tierna. Llevaba tomate, calabacines, mozzarella, ajito picado, dados de jamón, romero, tomillo y pimienta negra. Las gulas las doramos en una sartén un minuto y la ponemos sobre la pizza cuando sale del horno. Les gustó muchísimo. Hay ya en el blog una pizza con gulas pero esta es un poco distinta.


   Termino esta crónica cocineril que recuerda "Cartas desde mi celda" y voy a empezar a dejar de hacer de esta manera para volver al recetario clásico que, mejor o peor, iba llevando en el blog. El sábado comimos al aire libre chipirones en su tinta con arroz en blanco. Quedaron muy bien. De aperitivo una empanada comprada. También hay que saber descansar un poco. Yo lo voy necesitando. 


    Las hortensias este año están muy bonitas aunque un poco menos esplendorosas que el año pasado o quizás sea un poco pronto. Ha sido una primavera tan rara que voy perdiendo la noción del tiempo. Las flores tienen algo mágico que siempre nos alegra. Es el milagro de la primavera que es como el amanecer, sorprende siempre. 



   También hemos dado ya algún paseo junto al mar. El sábado, que fue nebuloso, pudimos hasta tomar unas tapas con todas las de la ley. Sí, esa ley de las fases que nos rige ahora. Lo que peor llevo es el agobio de la mascarilla con tanto calor. Casi prefiero no salir que llevarla puesta. 


   Y así sigue la vida pasando, unas veces riendo y otras llorando, que decía ¿un refrán? Tenemos que tener paciencia. Yo ya he podido volver a ejercer de abuela, que es una dulzura, y ver a los míos. No es fácil la situación pero la vida se va pareciendo más a lo que era. Nunca fue perfecta pero era nuestra y nos gustaba. Y seguimos comiendo, cocinando, fregando... Y sobre todo soñando. Qué nunca se acaben los sueños. Os dejo por unos días. Ha llegado junio con su luz y sus tardes eternas. ¡Cómo me gusta! 

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