Este es un plato clásico que cuando lo hacemos huele la casa a restaurant de los de antes. Es muy típico, y más caro, hacerlo con rape. En cualquier caso, es muy rico. En esta ocasión, mi marido ha usado merluza fresca y estaba muy rica.
Ingredientes:
Una merluza limpia
Harina y huevo batido
Aceite y sal
Una o dos cebollas
Un tazón de guisantes
Un vaso de vino blanco
(Caldo de pescado)
Lo primero es freír la merluza. Esta estaba limpia de piel y espinas y mi marido la saló ligeramente y la frio pasándola antes por harina y huevo. Queda mejor envuelta que sólo con harina. Sólo hay que dorarla a fuego vivo.
Parte del aceite que nos ha sobrado de freír el pescado la utilizamos para dorar una o dos cebollas que cortaremos más o menos grande según el gusto.
Incorporamos un tazón de guisantes, frescos o no, y dejamos hacer un poco. Lo último es añadir un vaso de vino gallego. Podemos usar ribeiro o albariño... O lo que queráis. Vino blanco, claro. Dejamos hervir un ratito. No olvidéis salpimentar esta salsa.
La camita del pescado es como siempre de patatas fritas. No hace falta decirlo aunque ni se ven. Era una merluza grande y la fuente quedó petada. Bien, se supone que la merluza sólo está dorada por fuera y le falta algo de cocción. Así pues, metemos al horno, fuertecillo unos minutos 8-12, hasta que se acabe de hacer el pescado, se mezclen los sabores y se dore ligeramente. En este sentido, es mejor hacerlo sobre la marcha porque si se nos enfría del todo, mientras coge calor el conjunto del plato, la merluza se nos pasará un poco de cocción. De sabor, es un plato muy rico y muy marinero. Se pueden poner unas almejitas o unos gambones por en medio si caben...
Es bueno que quede salsoso, para mojar pan. Si tenéis un poco de caldo de pescado, mejor que mejor. A nosotros este día nos faltó un poco de salsa, o nos sobró pescado, pero estaba realmente rico. Buenas tardes a todos.
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