La entrada de hoy es tan corriente y moliente que no sé si "se merece". Tiene una rara virtud: es ligera. Además tiene otra: Está rica. Quiero deciros con esto que es un entrante bárbaro para una dieta. Se puede dejar en la nevera para varios días y tomarlo con algo a la plancha, cocido,... esas cosas.
Para hacerlo necesitamos:
Dos cebollas o cebolletas
Tres o cuatro calabacines
Aceite, sal y pimienta
Nuez moscada
Agua
Empezamos dorando la cebolla en tiras o como os dé la gana en dos cucharadas de aceite. Añadimos los calabacines en ruedas con su piel -hay que lavarlos- y dejamos pochar un poco. Salpimentamos generosamente. Estos purés tontos me gustan un poco subidos de pimienta -negra-. Añadimos agua un poco a ojo. Quizás un litro o algo más. Dejamos cocer unos doce minutos. Le damos un toque de nuez moscada y en el último momento añadimos unos quesitos light. Batimos a lo loco. Mejor con batidora de vaso pero no es necesario. Yo hoy usé batidora de brazo y nadie protestó. Os digo que es un puré de lo más agradable y casi todo es agua. Ya sabéis que las hortalizas lo son.
Si pelamos los calabacines, el toque es diferente, más dulcito. Quedará totalmente blanco y puede gustaros más. Eso sí, la piel tiene vitaminas. A vuestro gusto pero este puré verde, de verdad que es muy rico. Nada más por hoy. Después de un fin de semana divertidísimo y agotador os deseo a todos buenas noches .
Los calabacines pequeños y tiernos ¡claro! Ahora sí: Feliz descanso a todos.
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