Esta es la típica receta para un día de fiesta, fácil y barata. Yo he hecho sólo un trozo de lomo de un kilo pero era la comida de hoy, nada que festejar... Como les ha gustado tanto, me he alegrado de hacerlo pues puede estar bien para uno de estos días que nos reunimos con familia y amigos. La idea me la dio una de mis amigas de Cartagena, aunque no es su receta exacta. En todo caso, ¡gracias!También es una excelente propuesta para un domingo. ¿Qué necesitamos?
Cinta de lomo
Dos cebollas rojas
Dos ajos morados con su piel
Un buen puñado de ciruelas sin hueso
Una o dos manzanas
Aceite, sal y pimienta
Media copa de vino de Oporto Tawny
Medio vaso de agua
Comenzamos como siempre: Dos cucharadas de aceite a calentar y sellamos la carne por todos lados con ayuda de un tenedor. Extremos también. Añadimos los ajos y la cebolla roja en tiras. Vamos dorando y ya podemos salpimentar al gusto. Moviendo todo para que la cebolla vaya cogiendo color. Incorporamos el vino y las ciruelas. Tapamos y dejamos que hierva suavemente unos 50 minutos. A media cocción, le damos la vuelta, ¡todo el tiempo tapado! Si veis que se seca, añadís un poco de agua. Y, claro, podéis doblar las cantidades de carne, cebolla, fruta,...
La manzana la añadimos los últimos 15-20 minutos, pelada y cortada en cuñas. Removemos siempre con cuidado para no romper las frutas. Si preferís, retiráis los ajos y batís la salsa. A mí, la verdad, me gusta más la salsa con tropezones. Y hay que probar, como siempre, una cucharadita de salsa para comprobar que no le falta sal. Esto es importante.
Os habréis fijado en que no he puesto ninguna especia. Me ha dado por ahí. Admitiría romero y tomillo, también nuez moscada. Si os gusta, podéis poner, en cambio, uno o dos clavos (yo no soy muy de clavo, la verdad). Con esto quiero decir que esta carne morada -apolítica- podría variar un poco según pongáis o no especias. Yo, hoy lo he hecho al natural, salvo por la pimienta negra, que me chifla.
Lo he acompañado con lo que en casa llamamos "patatas mondadas". Simplemente, una vez peladas, seguimos haciendo lascas con el pelador hasta que no se puede seguir. Quedan unas tiras muy finas que ponemos en agua para que suelten almidón y, al freírlas, queden bien crujientes. Es un poco rollo pero están muy ricas. Se fríen, por supuesto, en aceite bien caliente y las vamos poniendo poco a poco para que no se peguen entre sí. Con huevos fritos están de muerte.
La salsa con las frutas, como veis abajo, parece una compota, el morado pasa a castaño. No es un plato apto para los que no sean de sabores agridulces. Yo tengo un hijo que es contrario a estas macanadas. En cambio, mi marido prefiere tomar la carne de cerdo con fruta. Es verdad que la desbrava un poco.
Hasta aquí he llegado hoy. ¿Mañana? Pues mañana será otro día e intentaré felicitaros las fiestas aunque sea en un momentito. Mi consejo de cocinera es que procuréis hacer cosas ricas pero no tantas que os llegue a poner de mal humor la cocina. No vale la pena. Un poco de cocinar, un poco de comprar y mucho de pasarlo bien. Os deseo una muy Feliz Navidad, por si mañana no pudiese publicar, y toda clase de bendiciones para vuestras familias. Todos los amigos del blog me habéis hecho pasar un año estupendo con vuestra amabilidad y simpatía. Os envío miles de besos y abrazos (este es el momento en que mis hijos me llaman cursi). ¡¡Gracias a todos!!
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