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martes, 29 de diciembre de 2015

Casita de chocolate de Nochebuena


     Este año le dije a mi hija: "No voy a hacer galletas ni portal, no tengo ganas. Haremos el brownie con chuches y punto". Soy mujer de poca palabra. Ella se puso con el brownie y yo me puse a hacer una masa de galletas de chocolate. Así que decidimos, en vez de hacer el portal, intentar construir una casita. Sin planos ni proyecto. Sin licencia de obra. El brownie ya sabéis cómo lo hago. Es denso, muy mantecoso y riquísimo. Es una receta que sorprende a quien lo prueba y, sin embargo, no es muy visitada en el blog. No importa, sigue siendo mi brownie. 


   En cuanto a las galletas, pues es una masa de tipo "oreo" que copié en algún lugar de internet que no recuerdo y tengo en una libreta, copiada chapuceramente. Dice así:

150grs azúcar
1 huevo
75grs mantequilla
250grs harina
25grs de cacao Valor en polvo
Una cucharilla de bicarbonato

   Mi explicación telegráfica es: Amasar en blando y formar. 20-25m a 180º. Sí, lo sé, no es mucho decir. Lo que hago, según la lógica de las masas de galletas es: Hacer una arena con la mantequilla y la harina, incorporar los demás ingredientes y amasar poco. No necesita reposar demasiado. Estiramos con ayuda de un rodillo y formamos galletas o paredes y techo para hacer una casita de chocolate. Mi hija me riñe por precipitada. He hecho cuatro rectángulos y en uno he abierto una puerta y pintado, con un cuchillo, una ventana. Menos más que no me dedico a la construcción. Y deciros, que las galletas con esta masa quedan realmente ricas.


     Mi hija es la que ha montado la casita -prefabricada- con ayuda de nocilla y unos ladrillos de gominola y algunas regalices negras. La regaliz negra me apasiona. Hay un bosquecillo de piruletas y un huerto de gominolas de menta y lacasitos (o similar) que se adhieren al suelo de brownie con ayuda de nocilla, una vez más.


     Con unas nubes ha formado un muñeco de nieve. En este sentido hay que ser creativo porque gominolas hay muchas pero no son muy adecuadas para hacer belenes. Lo que en realidad me importa es la ilusión de los niños cuando lo ven. Después de verlo, se lo comen. 


     Aquí tenemos una vista aérea. Los pastores son ositos de gominola. ¿Por qué no hay chuches en forma de pastores? Es una buena pregunta. 


     El alero del tejado, que no lleva bajante pluvial, está hecho con galletas y, a falta de tejas, seguimos enladrillando.


      Poco queda por decir, las figuritas, que utilizo cada año, por supuesto, no se comen. Que nadie piense que las he hecho yo. No soy nada artista.


     Hemos invitado a tres minions a cantar villancicos. Os digo la verdad, no sé muy bien lo que son pero los veo en todos lados.

  
     Diferentes vistas de la casa y el huerto...


     Y otra vista del tejado. Me hubiera gustado hacerlo a dos aguas pero me faltó cabeza o sentido común. No sé. 



     Un último detalle del tejado. A falta de nieve, pusimos azúcar de color amarillo. Ya la venden así. También pensamos en pintar las galletas con lápices pasteleros pero no los encontramos en el super. Todo es por improvisar en exceso.


     Un retrato de familia. Es una entrada que quizás llega un poco tarde. Mis amigas me han dicho que la ponga por si alguna mamá la quiere poner en Reyes para el desayuno. Yo pienso que en Reyes haré un roscón. Tengo que recordar comprar la harina de fuerza. Nada más que deciros. Bueno sí, que os deseo todo tipo de bendiciones para el año que está a punto de comenzar y que mañana, si puedo, pondré la receta de la pularda de Navidad. A partir de ahí, me tomaré unas vacaciones hasta después de Reyes. Agradezco muy especialmente a mi hija que haya montado el Belén y hecho el reportaje fotográfico. Buenas tardes a todos.


     Y me ha faltado decir que la casita estaba llena de chuches y monedas de chocolate. Ya sé que en Nochebuena no faltan dulces pero los niños y jóvenes van dando cuenta de chuches y brownie según van pasando las horas. A ver qué se nos ocurre para el año que viene.

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