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lunes, 16 de enero de 2017

Croquetas de zanahoria y espinacas


     Esta receta se parece a otras que ya he puesto. Es, en realidad, una combinación de varias. Sin embargo, me parecía indispensable poner hoy una receta de croquetas pues he leído que hoy es "el día internacional de las croquetas" o cosa parecida. Yo adoro las croquetas así que tendré que festejar este acontecimiento a partir de hoy. La cosa es no olvidarlo. Lo que me ayudará a recordarlo es que hoy es, además, el aniversario de este humilde blog. ¿No os parece magnífico que coincida con el día internacional de las croquetas? A mí sí. Es una coincidencia divina. Esa es la razón de las flores, dos de mis favoritas: hortensias y lisianthus. Vamos con las croquetas y ya hablaremos del aniversario después. 


     Para hacer estas croquetas necesitamos:
Una cebollita
Una zanahoria grande
50grs de harina
Medio litro de leche 
Dos quesitos
Espinacas en porciones
Aceite y sal
Huevo y pan rallado

     Comenzamos por el principio: doramos a fuego suave la cebolla y la zanahoria picadas más bien menudas. En la otra receta ponía zanahoria rallada pero hoy he hecho cuadraditos para no sacar el helicóptero que es muy aparatoso. Una vez doradas ponemos la harina y dejamos hacer a fuego suave varios minutos. Añadimos la leche y removemos bien -yo esto lo hago fuera del fuego-, llevamos a ebullición y removemos mientras se forma la béchamel. Seguimos removiendo a fuego suave unos veinte minutos. Al final, incorporamos los quesitos y dos porciones de espinacas. Dejamos que todo se una y quede una masa homogénea y fina. Por supuesto hay que salar.


     Queda, como veis, una bechamel bicolor la mar de mona. Sobre todo, suave y rica, que es lo que más nos interesa. 



     Dejamos que se enfríe y las rebozamos en huevo y pan rallado con ayuda de dos cucharas soperas y de algo de paciencia. Quedaron algo claritas pero yo creo que depende mucho del pan rallado que utilicemos. 



     Nosotros tomamos las croquetas en plato combinado porque a mi marido le encantan así. Yo me he acostumbrado y también me chiflan con la yema del huevo frito. Cuando le pregunto a mi hijo que tal quedaron, me contesta con una palabra que empieza por C y no voy a repetir aquí (debe de ser la lengua de Mordor).




      Y ahora comentar un poco más el tema del aniversario del blog... Bueno, ¿qué os voy a decir? Son ya cuatro años que me han parecido cortos. Si empecé fue porque me insistieron mis amigas. No sabía si hacerles caso, si el blog gustaría, si sería de utilidad... Hoy, pasadas tantas cosas, creo que todo ha sido positivo. Es útil para familiares que están lejos y para muchos amigos que me comentan que lo siguen. Me ha llevado a conocer a gente nueva y recibir cariñosos mensajes de lectores que de otra forma nunca habría podido soñar,... Y también hay quien lo considera un blog divertido. Son cosas asombrosas que una sólo descubre sobre sí misma con ayuda de los demás.

      Os agradezco muchísimo que me leáis y confiéis en mí criterio cocineril. Yo procuro hacer de la cocina algo fácil y divertido. Es, con mucho, lo que prefiero de mi trabajo de ama de casa. No quiero ser pesada pues ya os conté que últimamente el blog va muy bien y tengo muchos más lectores. Muchos de Estados Unidos. Yo agradezco todo. Mis amigas de Ferrol también me leen y comentan. Esto tiene gran importancia para mí pues son las que me animaron más. Yo andaba con el móvil lleno de fotos de platos sin decidirme a abrirlo y me decían: "Ya estás tardando". Pues sí, a algunas a veces nos hace falta un empujoncito. Esta entrada se la dedico muy especialmente a mis queridas amigas que son maravillosas. A todos mil gracias y buenas tardes. 


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