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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cambio de hora


     Pues nos han cambiado la hora como todos los otoños. Unos dicen que bien, otros dicen que mal...
A mí no me gusta que la cambien porque se hace de noche enseguida. Y eso que estamos al oeste. Cuando estuve en Cartagena me sorprendía lo pronto que anochecía. Siempre nos pasa a los gallegos cuando viajamos a oriente. Pero no todo es malo. Para los que somos trasnochadores es una ventaja. De pronto tienes un sueño tremendo y sólo son las doce. Pues eso, hay que ver el lado bueno de todas las cosas. Eso sí, la sensación es: llegó el invierno. 

     Ante tal amenaza, decidimos pasar el fin de semana al aire libre. Eso nos lleva a viandas suculentas y engordantes. Siempre que sucede igual, es porque pasa lo mismo... Mi marido nos hizo unas comidas muy ricas, como podéis ver. Los pinchos morunos siempre me han gustado y aún recuerdo los que tomaba en el Tonel en tiempos de mi abuela. 


     Aunque el almuerzo sea informal, es agradable poner la mesa y no olvidar que lo importante es estar juntos. Da igual comer unas latitas con pan... Estas comidas siempre me hacen recordar a aquellos Cinco de Enid Blyton que solían beber siempre cerveza de jengibre. Es lo que ahora llamamos ginger ale pero cuando era niña no tenía idea de lo que podía ser. En aquella época leía a los Cinco a todas horas, los leía, los releía y los volvía a leer. 


     El domingo tomamos un arroz hecho entre los dos que quedó muuuy rico. Tenía hortalizas, pollo, chorizo, chipirones y unos langostinos. Terminado en el horno el punto quedó bárbaro. Hoy no hay receta... todo esto ya lo hemos hecho muchas veces. Como estoy publicando menos, os cuento que el blog va muy bien, razonablemente bien. Hemos pasado de las 430.000 visitas, me leen con regularidad desde muchos países y parece que no ha tenido mucha importancia el publicar algo menos. Es un alivio porque estaba preocupada. Por otra parte ya tenía miedo de ser "la pesadiña del blog". Así pues, estoy muy satisfecha. 

     Hoy es dos de noviembre, día de difuntos, y no he hecho ni buñuelos ni nada similar. Ni siquiera he tomado huesitos de santo. Me gustan pero como están por las nubes... los he dejado volar. Sí que es un día para recordar a todas esas personas queridas que nos han dejado, para pedir por ellos. Lo importante es lo que nos queda y como decía el poeta: "Dejónos harto consuelo su memoria". Yo tengo la mía llena de cariño. Os deseo a todos muy buenos días. 





2 comentarios:

  1. Muy bonito: A mí también me aqueja la nostalgia en estas fechas... y el hambre. Sigue con tu blog, de pesada nada.

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