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miércoles, 5 de octubre de 2016

Cartagena


     Estoy de nuevo en casa. He estado en Cartagena, ciudad milenaria fundada por Asdrúbal y conquistada por Escipión durante la Segunda Guerra Púnica. No os voy a contar la historia que está en Google al alcance de todos pero este origen de la ciudad es una de las muchas cosas que la hacen interesante. También tiene un Arsenal que se construye, como el de Ferrol y el de la Carraca, en tiempos de los Borbones -tampoco os voy a contar esto- y es base de corbetas, submarinos y del buque de investigación oceanográfica "Hespérides". Dejo la historia del Cantón de Cartagena y de la Guerra Civil y sigo con mi viaje, si no, no acabo nunca.


     El Arsenal se parece algo al nuestro pero es más pequeño y se caracteriza, a simple vista, por sus tonos blancos y amarillos que le dan un aspecto bastante diferente. Hay también un Museo Naval en el mismo puerto, fuera del Arsenal, muy interesante. Como sabréis, el cartagenero Isaac Peral fue el inventor del primer submarino torpedero. Por eso en el museo hay una gran parte dedicada a este tema. Vale la pena verlo. 


     Otra de las cosas que hicimos fue visitar la Manga del Mar Menor y Cabo de Palos. Es impresionante y no puede ser más distinto de lo nuestro, me refiero a la costa de Ferrol. Hay un gran faro y es un lugar de veraneo que tiene puerto pesquero y deportivo. No sé si podría resistir las temperaturas veraniegas pero ahora se estaba muy agradable con ese sol y esa luz que tantas veces echamos de menos en Galicia. 


     Lo mismo que en Ferrol, la arquitectura modernista tiene mucha importancia. Paseando por las calles encuentras preciosos edificios de los que los cartageneros están, con razón, orgullosos. 



     Una de las mañanas visitamos el Museo Militar, Real Parque y Maestranza de Artillería. Es un museo espléndido con mucho que ver. Me gustó muchísimo. El edificio no se conserva entero pues fue muy dañado durante la sublevación del Cantón de Cartagena -más historia-. A través de las maquetas expuestas se puede entender la transformación de la ciudad. Una ciudad que estaba amurallada como Ferrol, con sus baluartes, sus defensas costeras, y tantas cosas en común. Es realmente interesante ver como evolucionó al correr de la historia. 



     Uno de los últimos días fuimos a visitar el Teatro Romano. Estuvo oculto durante siglos y ha sido excavado y recuperado, afortunadamente para todos. Es visita obligada. Sobre el teatro se construyó un barrio bizantino y en el siglo XIII una catedral de la que ya sólo quedan ruinas... Es un lugar evocador e impresionante. Se puede terminar la visita saliendo hacia el Parque Torres, con su castillo de la Concepción y sus hermosas vistas sobre la ciudad. Desde allí podemos divisar la antigua plaza de toros edificada sobre el más antiguo anfiteatro romano. Sí, es impactante; hay que verlo todo. En el parque abundan los pinos y la lantana de diferentes colores. Después de muchos años, en Cartagena he podido ver la mariposa esfinge colibrí, no una, sino varias, libando entre las flores. Imposible fotografiarlas con un móvil a la velocidad que mueven sus alas. 

     Me quedarían algunas cosas por contar: El museo Arqua, de arqueología subacuática. Este tema es muy importante en toda la costa y es interesante ver los pecios, ánforas, reconstrucciones de cascos... Pero no sabría describirlo como se debe...

     Hablemos de comida: he probado muchas cosas: Caldero, mojama y huevas, pastel de cierva, pastel de Murcia y exploradores, morcilla y longanizas, higos chumbos, marineras -que son un pincho hecho con ensaladilla y anchoa,...  Y supongo que recordaré más tarde más cosas. Todo me ha gustado. 

     Ha sido un viaje maravilloso. Por la calle he encontrado romanos, cartagineses y hasta celtas, pero también a ferrolanos que se alegraban y sorprendían de verme tan lejos de mi tierra. Así pues, ha sido un viaje familiar, sobre todo, pero también he encontrado viejos y nuevos amigos que me han recibido con mucho cariño. Lo que más voy a echar de menos, sin contar a la familia: Los paseos al atardecer por el puerto, ver ponerse el sol tras los montes mientras la cola de una ballena nos saludaba. 

     Me despido por hoy con unos versos que dedicó el gran Miguel de Cervantes a la ciudad que visitó en varias ocasiones. No he querido alargarme, ni ser pedante ni pesada (he ido consultando para no poner disparates), pero esta entrada me ha quedado así. Pronto volveré con alguna receta. Lo prometo.


"Con esto poco a poco llegué al puerto
a quien los de Cartago dieron nombre,
cerrado a todos vientos y encubierto
y a cuyo claro y singular renombre
se postran cuantos puertos el mar baña,
descubre el sol y ha navegado el hombre".

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