Hace varios días se me ocurrió hacer bacalao al horno. Compré un lomo de bacalao congelado en su punto de sal. Suele salir rico pero tiene la pega de que no cunde demasiado. Decidí ponerlo con una cama de patatas y cebollas fritas y pintarlo con mayonesa. Creo que esta receta ya salió en el blog porque es un clásico. Viendo que quedaba escaso... Me daba la sensación de que encogía por momentos, recordé que había en la nevera un paquete de gulas. Las hice como siempre: a fuego suave doramos un par de dientes de ajo en láminas, incorporamos una guindilla y las gulas y dejamos hacer a fuego medio un par de minutos. No hace falta decir que esto hay que hacerlo casi al final, cuando el bacalao está dorado.
En cuando al bacalao: Pelamos dos o tres buenas patatas y las doramos en la freidora cortadas en ruedas, añadimos la cebolla en tiras y que todo se dore. Como veis en las fotos, yo me pasé un poco con el dorado. No importa porque mi horno no quema nada. Pues bien, ponemos las patatas ligeramente saladas en la fuente del horno y las regamos con una copa de vino blanco, colocamos el lomo de bacalao en medio y lo pintamos con mayonesa. Usé mayonesa de bote, lo que me pareció algo chapucero. La metemos en el horno caliente... yo puse 200º y dejamos que el bacalao se dore ¿10-12 minutos? Ya os aviso siempre que mi horno es muy lento. Atención al vuestro y a su "caráter".
Cuando sacamos el bacalao, lo rodeamos con esas gulas recién hechas, hay que sincronizar, y lo llevamos tal cual a la mesa. Las patatas doradas, mezcladas con las gulas están divinas. Mi hijo mayor me dijo: "¿Cómo se llama este plato?". A lo cual yo respondí: "Bacalao a la buena madre". Él me dijo: "Te lo acabas de inventar"... Pues sí, claro. Esto de poner nombre a los platos es algo complicado. Cuando llegó su hermano a comer me dijo: "¿Y esta receta?, Está buenísima". Pues nada, que les gustó y yo dije: "Pal blo".
Esta es la historia de mi blog. Si gusta en casa, subo la receta. Si nos parece una vulgaridad (o un asco), no la subo. Para completar el menú, me mandé a mi misma a "freír espárragos", nunca viene mal. Simplemente, limpitos los tallos, sin la parte dura, los ponemos en una sartén con dos cucharadas de aceite bueno y, ya dorados, los salamos con sal de calidad, valga la redundancia.
Espero que os guste esta receta tanto como a los de casa. Os deseo a todos un feliz fin de semana y muy buenos días.
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