Hace ya unos meses, nuestro hijo mayor nos ofreció hacer juntos un viaje a Évora, Portugal, volviendo por la Ruta de la Plata, parando en Mérida y Cáceres, destinos que todavía no conocíamos. Como es lógico, no podíamos decir que no. Era una propuesta interesante y preciosa.
Llegamos por la tarde a dicha ciudad, que, por cierto, es la quinta del país, y enseguida nos fuimos a dar un paseo. Después de tomar una cerveza en la acogedora plaza de Giraldo, nos dirigimos a ver el precioso templo de Diana, que es lo que veis en la primera foto.
Una de las cosas que hay que ver en Évora es la Catedral. Monumento románico-gótico, tiene además un precioso museo, un bonito claustro y la oportunidad de subir al tejado para ver la villa desde otra perspectiva. En la siguiente foto, veis, efectivamente, el templo romano desde arriba y a la luz del día. Vale mucho la pena hacer la visita.
Toda la ciudad es bonita, llena de palacios, con sus portalones y sus patios. También las iglesias, con ese exquisito cuidado que tienen nuestros vecinos en su conservación. Visitamos la Gracia, con unos azulejos divinos, San Antonio y San Francisco, donde también pudimos contemplar la impresionante Capela dos Ossos. Las casas más humildes, también son bonitas, Tienen los recercados amarillos, casi siempre, y ofrecen un conjunto precioso junto con sus calles adoquinadas. Hay que llevar buen calzado, con buenas suelas porque te dejas la planta de los pies... Pero sin duda vale la pena callejear.
Hay también un acueducto del siglo XVI que es muy pintoresco, en gran medida está "habitado". Como veis en la foto de arriba, entre arco y arco hay construidas pequeñas viviendas. Siempre con esos tonos blancos y amarillos que dan uniformidad y alegría al casco urbano. Los palacios, por supuesto, tienen los adornos en granito. Todo el conjunto es precioso.
Vale la pena acercarse y pasear por el Jardim Público. Hay un pequeño pabellón que formaba parte del Palacio de los reyes portugueses, pues en Évora vivió la corte, y unas "ruinas fingidas", abajo, que siendo preciosas, no sabe uno si está en un castillo, en el claustro de un monasterio o... en un invento decimonónico, que es lo que son.
En ese jardín, me llamaron la atención estas preciosas flores de hibisco. Nuestros vecinos tienen mucho gusto para decorar y para los jardines. Un sentido estético que me admira. Sinceramente.
Tras tres noches en Portugal, partimos felices para la patria. Nos esperaban lugares no visitados, bien conocidos. El primer destino: Mérida. Yo, que soy una gran admiradora de Roma, tenía especial interés en esta visita. Lo primero, el anfiteatro. No es como el Coliseo pero es realmente impresionante. El arbolado del fondo es un marco precioso.
Desde allí pasamos al famoso Teatro Romano de Mérida. ¿Qué queréis que os diga? te quedas sin palabras porque es... Divino. Y muy grande.
Detrás de los teatros solía haber un jardín. El de Cartagena también lo tiene, sin arreglar. Pero en Mérida te encuentras con un jardín precioso con sus columnas, poblado de árboles y flores.
En estas dos fotos veis el conjunto del vergel que hay tras el escenario. Son cosas que impresionan por su belleza y serenidad.
En Mérida visitamos dos villas. La primera es la llamada Casa del Anfiteatro. Es muy bonita. Lo que más llama la atención, además de su tamaño, es la cantidad de mosaicos. No sólo en las salas principales, sino también en todos los pasillos.
Descansamos durante la comida, que consistió en: jamón, queso de la Serena e ibéricos a la brasa, y nos dirigimos al Templo de Diana. Está adosado al palacio del conde de los Corbos. Esto puede parecer un disparate pero creo que también ayudó a su conservación. Se puede visitar y subir a lo que queda del palacio, teniendo una importante perspectiva del edificio. Como veis, hemos visitado dos templos de Diana en el mismo viaje. Los dos preciosos. Este, lo que tiene es que lo pisas e impresiona, la verdad.
También visitamos Santa Eulalia de Mérida, Santa importante que ha dado nombre a tantas Eulalias y Olayas, pero también a tantos pueblos. Fue una mártir y santa muy querida que llegó a ser patrona de España. La iglesia es muy hermosa, pero, sobre todo, la cripta paleocristiana. Yo creo que vale la pena acercarse.
Siguiendo con Mérida, nuestro paseo nos llevó a la Alcazaba. Estábamos exhaustos y decidimos seguir hacía el río Ana -nombre romano- visitando el Parque de la Isla. De allí fuimos hasta la casa de Mitreo. De esta casa me impresionaron sus tres patios, la sala principal con su increíble mosaico y la escalera de entrada. Las dos villas son dignas de verse.
Esa misma tarde nos pusimos en marcha hacia Cáceres. ¿Qué deciros? Es como un cuento. Palacios e iglesias dan forma a sus calles. Conserva gran parte de sus murallas y... Está lleno de cuestas. Más allá de eso, nos recibió una ciudad elegante, meláncolica y lluviosa que callejeamos arriba y abajo.
Pudimos conocer templos como el de San Francisco Javier, en la foto de arriba. Ahí estamos, a pesar de que yo he evitado hasta ahora salir fotografiada en el blog pero... Voy teniendo tantos años que no creo que tenga importancia. En la foto siguiente vemos la Plaza Mayor. Muy agradable para tomar algo a cualquier hora.
Todos esos palacios que nos encontramos abiertos tienen una entrada que da a un patio rodeado de columnas. Muy sencillo, en granito, pero realmente elegante. Algunos tienen jardines, como el que veis en la foto siguiente. Yo por ese balcón y ese olivo mataría. Que rincones tan bonitos encontramos por doquier.
Tenemos la suerte de visitar la Torre de Bujaco, desde allí, por el adarve de la Estrella nos dirigimos a la torre de Yerba. Aquí veis el ayuntamiento, en la Plaza Mayor, visto desde lo alto.
Otra vista. Ahora no estoy segura de qué edificio es. No creáis que es tan fácil recordarlo todo en una visita tan breve.
Hemos visitado también la Iglesia de San Mateo y la de Santiago. Todo es tan bonito que te quedas maravillado. La Catedral -foto de abajo- es magnífica. Impresionan esos pendones, el altar mayor, que no está policromado, el museo,... La Concatedral, para ser más exactos, comparte sede con Coria. Pudimos entrar en el Palacio Episcopal y pasar por el Palacio Moctezuma, levantado por Juan de Moctezuma ¡nieto de una princesa azteca! Mirad si es curiosa la historia. Estuvimos en la Calle de los Huesos, subimos y bajamos por las diferentes callejuelas hasta la extenuación -mía-, y creo que vimos muchísimo de lo que había que ver. Del Cáceres moderno, apenas. Íbamos tan justos que nos lo perdonamos.
No queda mucho por contar. La última mañana visitamos el Museo Arqueológico de Cáceres. Es gratuito. Bien, es otro palacio y está construido sobre un aljibe árabe. Como cualquier museo arqueológico, es muy interesante, una colección impresionante. Muchas cosas romanas, muchas cosas interesantes.
En el camino de vuelta paramos en Candelario. Es un pueblo precioso, ya en Salamanca, en la comarca de la Sierra de Béjar. Sólo tengo esta foto. Llovía bastante y el agua corría por esos canales que veis a la izquierda. Me encantan esas entradas de losas a las casas. Paramos lo justo para comprar algo de embutido ibérico, impresionante -en dos palabras- . La última parada, no hice fotos por puro cansancio fue en Astorga. No sabéis qué pena me dio pasar por la querida Zamora y no tener tiempo a parar. Bien, visitamos la Catedral con cierta calma y os digo que es ¡maravillosa! Había estado hace ¿mil años? El altar mayor es anonadante, y la Virgen Inmaculada de Gregorio Fernández... Y todo, todo. Eso sí, en Astorga nos llovió el diluvio. Y en el viaje de vuelta por Galicia, lo que quedaba. Cuando llegamos a casa, me sentí feliz, porque no me gusta viajar con tanta lluvia. No obstante, hay que decir que no tuvimos ningún contratiempo y todo fue bien.
¡Qué difíciles son estas entradas! El viaje ha sido perfecto. En Évora tuvimos la alegría de encontrar amigos españoles. Mérida nos dejó anonadados y Cáceres es el decorado perfecto para cualquier película de princesas y caballeros. ¡Cuánto se aprende viajando! Tengo que agradecer a mi hijo, no puede ser de otra manera, este viaje increíble. A Pedro, su ayuda con las fotos; Y vosotros, perdonad que no sepa describir mejor tanta grandeza. Nos quedaron muchas cosas por ver: Yuste, Guadalupe, Trujillo,... Como dijo MacArthur: I shall return -volveré- Bicos a todos.
Muchísimas gracias por esa descripción tan magnífica.
ResponderEliminarComo siempre y con todo.
Mérida, estuve un día entero y me maravillé tras haber estado en Itálica.
Por Portugal en Lisboa, Oporto, Nazaret, Estoril y muchos otros como Fatima...
Fotos preciosas en mis álbumes.
Viajar es genial, peor es con tanta lluvia.
Saludos y Salud, Ana.
Muchas gracias Fernando. Ha sido un viaje precioso. La vuelta lluviosa, no ha dejado de llover pero bueno, ¡qué se le va a hacer! Un abrazo.
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