Aquí estoy de nuevo. Ya iba siendo hora... Os digo que el verano es tan desordenado que me resulta difícil llevar el blog. Hasta encuentro complicado pensar recetas para compartir porque estoy variando muy poco. Creo que os había contado que en casa hemos decidido comer ligero, al menos intentarlo entre semana. Con la llegada de la familia la cosa se complica pues Galicia parece implicar comer "a esgallo". Os digo que es un lío, un horror. Pues bien, una de las recetas que he hecho alguna vez como menú ligero ha sido pescado con pisto. El primer día me costó... Sin embargo, la segunda vez, hice el pisto con más alegría y un poco más de aceite de oliva y quedó muy rico. Así que voy a contaros cómo lo hice, que ya lo imaginaréis, porque nos quedamos bastante satisfechos con el resultado y... sin hambre.
Vamos con el pisto que era de berenjenas y podría haber sido de calabacines o de ambos.
Ingredientes:
Una berenjena mediana
Una cebolla
Un pimiento verde
Media taza de salsa de tomate
Romero y tomillo con prudencia
Laurel
Sal y pimienta
Aceite de oliva virgen
Lo primero que hago es cortar la berenjena y ponerla en un plato con sal una media hora. Después la paso por agua y así, mojadita, la hago en el micro, tapada con film de cocina unos 7-8 minutos, según sea de grande. Sale, como veis, cocida y perfectamente blanca. ¿Por qué la hago así? Pues porque es la manera de ponerla en la fritada de aceite y cebolla sin que absorba todo el aceite. Es ella muy absorbente.
Por otro lado, cortamos la cebolla y el pimiento y los doramos en aceite de oliva. Sin pasarnos en de aceite pero que se doren. Quiero decir que planchados para pisto no me gustan, queda... No sé, no me gusta sin un poco de aceite. Añadimos las finas hierbas, la sal y la pimienta y una hojita de laurel. Dejamos hacer un poco e incorporamos la media taza de salsa de tomate. Es un pisto con vocación de ratatuille. Aromático y muy rico.
Tengo que deciros que el bacalao era congelado en su punto de sal. Descongelado para hacer la receta, claro. Una vez que el pisto ha hervido unos 10 minutos a fuego suave, ponemos los trozos de bacalao y tapamos. Dejamos hacer unos 5-7 minutos, según sean de grandes los trozos de pescado. Movemos para que los sabores se mezclen. Quiero decir que no revolvemos sino que movemos la sartén.
Para que cundiera un poco cocí media taza de trigo y lo puse sobre el plato en el momento de servir, como podéis ver en la primera foto. Así pues, tenemos el pisto, el pescado cocido dentro del pisto y un puñadito de trigo para cada comensal. Resultó un plato sabroso, vistoso y nos quedamos tan contentos.
Es curioso porque en el blog son los platos de pescado los más leídos. También varias sopas están siempre en el "candelabro". Esto lo veis si os fijáis en la columna de la derecha de "entradas populares".
Lo de comer poco tiene de bueno que es sano y uno termina por acostumbrarse y no pasa ni hambre... A ver si os subo un día algunos de los platos que he hecho últimamente para comer con prudencia por si os sirven para daros ideas. Sin ningún ánimo de meterme en la vida de nadie, por supuesto. Simplemente, platos ricos, fáciles y un poco más ligeros. Procurando comer siempre un poco de todo, que es lo sano. Os dejo por unos días. En cuanto pueda os volveré a contar alguna canfurnada o alguna excursión. Ya veremos. Entre tanto, os vuelvo a agradecer, como siempre, vuestra atención y cariño.
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