Los lunes suelo aprovechar lo que queda del fin de semana para cocinar cualquier cosa. Me siento un poco Terminator o Eraser -no sé muy bien cuál es mejor-. La cosa es que me había sobrado panceta fresca y unas salchichas y se me ocurrió hacer un revuelto con setas y salsa de soja. Así pues necesitamos:
Dos tiras de panceta fresca
Un puñado de salchichas frescas
Un puñado de setas variadas
Ajo
Aceite y sal
Salsa de soja
Lo que hice primero fue cortar las dos tiras de panceta en tiras y ponerlas a fuego medio unos 20 minutos o hasta que veáis que se van dorando. La sartén pintada de aceite porque la panceta suelta grasa. Después añadimos las salchichas frescas cortadas en trocitos de 2-3 centimetros. Que se haga todo mas.
A continuación añadimos un par de dientes de ajo en láminas, un puñado de setas -yo tenía shiitake y setas de cardo- y dejamos que se vaya haciendo todo junto. Salamos ligeramente y añadimos un buen chorro de salsa de soja. Os digo que quedó riquísimo. Cuando se sentaron a la mesa preguntaron:
-¿Y este plato? Está buenísimo.
-Es un plato típico de Okinawa.
-¿En serio?
-No, me lo acabo de inventar.
No sé, a mí me pareció que podía ser de Okinawa perfectamente.
Bromas aparte, quedó una comida riquísima. Había preparado un falso tartar de salmón y langostinos, que anda por el blog, y se me ocurrió añadirle granada. Guste más o menos la granada, a mí me encanta cuando está en su punto, creo que quedó la mar de bonito.
Y, claro, el tartar lo puse en un plato japonés para que conjuntara bien con el revuelto de Okinawa. Pues esto es lo que os propongo hoy, dos platos sencillos y la mar de ricos. Os digo que no dejaron nadita. Una vez más, mil gracias por leerme y feliz noche a todos.
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