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martes, 15 de octubre de 2024

Dorada al horno con un toque diferente


   En casa les encanta el pescado. Nos gusta a todos. Es verdad que sale más caro y, a mí en particular, me da un poco más de pereza hacerlo. Por eso, muchos sábados lo preparamos, es un día de menos prisas y estamos casi todos. Estas doradas de piscifactoría nos encantan. A veces compramos lubinas o ponemos variado. Son de ración y cada uno se toma la suya. A mí me gusta un poco más la dorada pero es totalmente opinable. Como casi todo. 



   Lo que hacemos, como siempre es preparar la cama del pescado. En vez de cebolla y patatas, vamos a poner alguna cosa más: Patatas, cebolla, un pimiento verde, un diente de ajo, una cucharilla de pimentón de la Vera, sal, aceite y vino blanco, por supuesto. 

   Las patatas como siempre, las pelo, las corto y las hago en la freidora sin dorarlas en exceso. Ligeramente. Aquí, el tipo de patata influye mucho. Y el horno. En el mío no se inmutan, es difícil quemarlas. 

   En una sartén con aceite doro la cebolla y el pimiento cortados en tiras. A medio dorar, incorporo el diente de ajo en láminas, que se haga ligeramente. Apago el fuego y añado la cucharilla escasa de pimentón. Es un toque rico, no creáis que es demasiado diferente. Esto se sala, claro.

   Preparamos el lecho de los pescados como siempre; primero las patatas fritas ligeramente saladas, después las hortalizas doradas,... Podemos poner tomate que es un clásico de estos asados. Últimamente lo cortamos en ruedas gruesas y lo ponemos en crudo. Si son muy grandes, en mitades les cuesta hacerse. Colocamos el pescado, salado por dentro y por fuera. Sobre la mezcla de hortalizas vertemos un chorretón de vino blanco. Yo no soy de mojar demasiado la cama de patatas pero eso va en gustos. 



   En casa de mis padres había la costumbre de poner pan rallado sobre la piel del pescado. Yo lo hago pero, la verdad, no la tomo. No es raro que tenga alguna escama, lo cual me desagrada mucho. Me estoy acordando que de joven repasaba bien que no tuviera escamas la piel... Y, en cuanto a poner o no limón, pues hay versiones. Dicen que se ponía para disimular si el pescado estaba pasado, poco fresco. Yo a veces lo pongo y otras veces no. En todo caso, no me gusta que sepa mucho a limón. 


   El horno bien caliente, unos 220º, y metemos el pescado alrededor de doce minutos. Podría ser un poco más pero son pequeños. A lo mejor en un horno magnífico se hacer antes. Eso lo veis según sea el horno. 

   Y aquí el pescadito limpio, debe estar cocinado pero jugoso. Si hay una cosa desagradable en esta vida es el pescado seco por exceso de cocción. Queda muy rico y no es un cambio grande respecto al otro que hago clásico, sin pimiento ni ajo, sin pimentón. Me encanta también pero, si lo hacéis con frecuencia, os puede gustar variar. 

   El pescado es sano, muy aconsejable siempre. Yo, cuanto más vieja, más me gusta. También es cierto que, si dudo, pido carne o pollo siempre. El pescado me gusta tomarlo muy bien cocinado. Os animo a hacerlo por fácil. En casa lo cocinan todos, mi marido, mis hijos, no es un plato complicado. Me alegro de estar de vuelta en el blog. Tengo la vida muy entretenida y me cuesta más escribir pero, aquí estamos. Os mando a todos mi cariño. Bicos.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Carpaccio de tomate


 
   Por fin he sido capaz de publicar. Me cambian cualquier cosa y ya me cuesta hacerlo. Esta vez han sido las fotos. Mi hijo dice que es la brecha digital, si sólo fuera digital... Esta es una receta que vi por ahí, en un vídeo de los miles que nos ponen, y me apeteció por fácil, sana y sencilla. ¿Qué necesitamos?

   Unos tomates de buena calidad, dos o tres, según tamaño

   Una burrata, que es el tipo de queso que veis en la foto

   Unas hojas de albahaca

   Unas anchoas ricas o algún ahumado

   Un diente de ajo

   Aceite y sal, unas gotas de balsámico de Módena -o el vinagre que queráis


   Es la cosa más sencilla del mundo, como podéis intuir. Lavamos bien los tomates y los cortamos en lonchas lo más finas que podamos. A veces no se dejan tanto, no creáis. La cuestión es que el tomate sea bueno y esté en su punto. Puede ser un tomate rosa de Híjar o corazón de buey que tiene un corte precioso. Lo que veáis. Lavamos la albahaca y cortamos algunas hojas y reservamos unas pocas para adornar. Mucho o poco según os guste la albahaca. Colocamos las anchoas y la burrata. Salamos ligeramente y ponemos unos puntos de balsámico, no mucho. Yo no soy nada avinagrada. Aceite de oliva virgen generosamente... Cuanto más rico el aceite, mejor. 

   En el momento de tomarlo, rompemos la burrata con los mismos cubiertos de servir la ensalada y repartimos entre los comensales. El sabor de la burrata es suave, de queso fresco, pero aporta una cremosidad que a mí, particularmente, me entusiasma. A todos nos encantó, aunque tengo uno que no es tomatero. El de las habas... En fin, que os animo a probar por rico, fácil y porque es un estupendo entrante o puede ser una cena ligera para pocos. Aquí como comen muchísimo... No hay tu tía. Esto no les llega a nada.



   El verano, recién terminado... fue como fue. Algo de lluvia, bastante cocina, algo de playa,... Mi vida volvió a ser lo que yo llamo "vivir entre dos rías" pero siempre hay buenos momentos. Encuentros con viejos amigos, visitas familiares, diversión y cariño,... Y un poquito de cansancio a veces.


      Yo he seguido con mis pizzas caseras. Que no es por que las haga yo pero me salen muy ricas y me encantan. A veces, como veis arriba, les pongo tomate fresco y quedan también estupendas.


   Sigo con las tortillas de los viernes, siempre que puedo. Esta de la foto, fue del día del carpaccio y quedó particularmente rica, con pimiento rojo y cebolla.


   Este año también ha habido punto de cruz, que me encanta en verano con esa claridad que tenemos los gallegos hasta bien entrada la tarde. 



   Y mañanas lluviosas, y tardes preciosas como esta puesta de sol mugardesa. Algunas veces vamos a tomar pulpo y calamares fritos -de lo que más me gusta del mundo mundial-. Ha sido un verano con un poco de todo. Emocionante y... ¡Sin ninguna boda! (bastante asombroso). La normalidad ha vuelto, el colegio ha comenzado. Octubre está ahí, justo delante, y yo espero volver al gimnasio y a clase de pintura. Lo que es la rutina que tanto bien nos hace. Espero que vosotros lo hayáis disfrutado y comencéis esta nueva andadura con ánimo. Bicos para todos y gracias por esperarme. Esta vez ha sido una larga espera. 

lunes, 10 de junio de 2024

Pavo con zanahorias


   Me temo que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que me senté a escribir. Suelen estar los días bastante completos y se me olvida. No se me olvida que tengo un blog, claro que no. Se me olvida buscar ese momento para decidir qué contaros de las muchas cosas que cocino. Este plato, parecido, lo tomamos en un restaurante chino y nos encantó -ternera con zanahorias-. Ya en casa yo decidí que  pollo o pavo era más fácil y realmente lo es. Mucho más rápido. 

   No tengo mucha foto pero os voy a decir qué necesitamos:

500 gramos de pavo

2 ó 3 zanahorias

Una cebolla

Maizena 

ajo y jengibre

Salsa de soja

Bicarbonato 

 Aceite y sal 

Agua

   Creo que no olvido nada. Deciros, antes de nada, que el pavo es Coren, una marca gallega muy conocida. Compro filetes y los corto en tiras. Lo primero que hago es picar un diente de ajo, menudito y lo mismo un trozo de jengibre fresco de tamaño similar -al diente de ajo, claro-. En un cuenco pongo ambas cosas picaditas, un chorretón de salsa de soja, una cucharadita de maizena y una cucharilla de bicarbonato -esto lo hemos visto en recetas chinas y, por lo visto, enternece la carne-. Mezlamos bien e incorporamos el pavo que puede quedar así unas horas. Queda muy rico después. 

   Por otro lado, pelamos y cortamos las zanahorias y cebolla en tiras. Ese corte tipo oriental que es ya tan familiar. En una sartén amplia calentamos aceite y añadimos la carne que vamos dorando. Pongamos 10 minutos... Después incorporamos las hortalizas cortadas y vamos dejando que todo se dore. Otros 10 minutos a fuego medio-alto bastarán. Sólo así, os digo que está riquísimo. Bien doradito y poniendo un poco de sal, teniendo en cuenta que la salsa de soja es saladita ella. 



   Hay dos opciones. Servirlo así, muy doradito, que me chifla... O, si vamos a hacer una arroz en blanco, mezclar en una taza una cucharadita de maizena -de nuevo- con agua... según queramos salsear. Sin exagerar, mucha salsa sería absurdo. Lo que es una carne salsosa, media taza de agua, por ejemplo. Lo añadimos a la carne y al fuego hasta que espese sin dejar de remover. Y ya está listo. 

   En casa les chifla y ya lo hemos preparado varias veces. Somos bastante de comida china. Nos gusta variar. A veces hago un arroz cantonés y ponemos unos rollitos de primavera. Los rollitos los solemos comprar en el supermercado. Le encantan a mi marido. Cosas fáciles y apetitosas. Más ricos caseros, claro.



   Y yo sigo con mis tortillas de los viernes, que tienen bastante aceptación en mi página de Instagram y en el comedor de mi casa. 



 

   También sigo con la pintura de los jueves, con el gimnasio, con mis cosas, que en verano quedarán muchas a la espera del otoño. Es así la vida. ¿Qué queréis que os diga? El verano me apetece y me da también bastante pereza. Y mira que el invierno ha sido durísimo. Muy mal tiempo. Os dejo por el momento. Se acerca San Antonio y las vacaciones de los nietos están ahí al lado. A ver qué tiempo tenemos. Espero volver a escribir pronto. Gracias por seguir leyéndome. Bicos.

martes, 16 de abril de 2024

Filetes cinta de lomo en tartera


   El otro día vi en la tele unos filetes en tartera que, en vez de empanados, iban envueltos en harina. Cuánto más cómodo me pareció. La receta en sí no tiene mucho que ver con la que vi, salvo por el rebozado. Vamos con los ingredientes:

   Filetes de cinta de lomo a discreción

   Harina para rebozarlos

   Cebolla

   Un diente de ajo

   Champiñones

   Guisantes

   Vino, sal y pimienta

 


   Estos filetes que utilicé eran adobados así que, simplemente los pasé por harina y los doré directamente en aceite de oliva. En ese mismo aceite, no hace falta una barbaridad, doramos la cebolla picadita con el diente de ajo a fuego medio. Se puede añadir una cucharilla de la harina de rebozar para engordar más la salsa, según veamos. Incorporamos los champiñones y dejamos hacer. Un chorrete de vino y que empiece a hervir. Salpimentamos. Si nos gusta, pizca de tomillo y romero, poca cosa. 


 

      Dejamos unos minutos y enseguida añadimos los bistecs que tenemos reservados y un puñado de guisantes. Dejamos hervir a fuego suave unos 10-12 minutos y ya tenemos nuestros filetes en tartera listos. Ricos y muy fáciles de hacer. Se puede hacer también con ternera o pollo, claro.



   Y aquí el aspecto del guiso, la ración, que comimos encantados. El puré lo hice Maggie, que les encanta y a mí me da exactamente lo mismo porque no soy fan de ningún puré de patatas. Vamos, lo tomo pero no me entusiasma como las patatas fritas bañadas en salsa. 

   Ya veis que fácil es. Yo diría que unos tres filetes por adulto, dos para los niños, aunque nunca se sabe. Os digo que lo comparto porque es muy rápido de hacer y agradable.

 


   No mucho más que contar. Tuvimos unos días de sol con unas mañanas preciosas. Me encanta cuando salen haces de luz en las fotos. Después del invierno, que fue espantoso, el sol me produce admiración.


 

   Otro día fui a los Jardines de Herrera y también, aunque con nubes, estaba la tarde preciosa y ¡calurosa! Cosas que no recordaba después del invierno. En ocasiones.... hace calor en Ferrol.

   Otras veces, pues nos quedamos en casa y nos entretenemos como buenamente podemos. Hace mucho que no hablo de libros. Ahora estoy leyendo Hawaii de James A. Michener, y también estoy con los Episodios Nacionales. Primera serie todavía. A ver si me da la vida para acabarlos porque lo estoy tomando con una calma... 

   Pues aquí os queda estos bistecs, muy apañados y ricos. Nos vemos pronto. Bicos.

   


martes, 26 de marzo de 2024

Hojaldre de salmón con queso y espinacas


   Mi hijo mayor sugirió hacer salmón y yo, recordando un pastel que había visto en un vídeo unos días antes, propuse hacer un hojaldre.

   -¿Estas segura?

   -Sí, mal no va a quedar y, si nos nos encanta, no lo repetimos.

   Nos encantó bastante, valga la expresión, así que aquí lo comparto. Es fácil y, bueno, muy vistoso para un día especial. Vamos con los ingredientes.

   Un buen trozo de cola de salmón sin espinas

   2 láminas de hojaldre

   400grs de espinacas -pueden ser congeladas-

   Media terrina de queso de untar

   Unos 100grs de queso feta

   Sal y pimienta, ajo molido

   Huevo batido y sésamo para adornar



   Estas fotos no son muy lucidas pero sí explicativas. Al salmón hay que quitarle la piel, que es la única dificultad. Separar un poco y tirar con fuerza, casi mejor que el cuchillo. Es cosa de maña y, claro, yo es algo que no creáis que hago mucho. Se hace como buenamente se puede. Las espinacas, si son congeladas, aconsejo hacerlas en el micro, tapadas con film de plástico unos siete minutos. Si son frescas, lo mejor es saltearlas en una sartén con un chorrito de aceite hasta que estén cocinadas. 

   Yo he salpimentado las espinacas y les he añadido un poco de ajo molido. Las ponemos sobre la masa, un poco atemperadas, y a continuación el salmón.



   He dejado unas poquitas espinacas en el cuenco, previamente picadas y he puesto unos 150 gramos de queso de untar y alrededor de 100 gramos de queso feta picadito. Bien mezclado todo. El feta es muy salado pero podemos salar ligeramente y probar la mezcla. Esto lo ponemos sobre el salmón. Dificultad, cero.



   Tapamos con otra lámina de hojaldre. Adornamos como podamos y si sobra,... Bueno, yo he preparado cuatro croissants, un poco a lo loco. Pintamos con huevo y espolvoreamos con sésamo, si nos gusta. Si no, sin sésamo.

   Lo llevamos al horno una media hora. Unos 180º que podemos bajar si vemos que se dora de más. Yo lo metí a 200º pero lo bajé enseguida. Según el horno, lo podéis acabar a 150º. Si es de los potentes. El mío es muy corriente. Bien me llega.

   Y en la foto siguiente veis el corte. Todos estuvimos de acuerdo en que es muy rico y muy de fiesta. La típica receta que quedas bien. Eso sí, el salmón está carillo. De vez en cuando.



   Y no hay más novedad, sigo con mis tortillas de los viernes. He hecho algún platillo estilo chino divertido,... Lo que es el tipo de cocina que me gusta. No muy cara pero sí variada. Eso sí, sopa de pescado casi todas las semanas me la pide el jefe. Yo también soy muy fan. Os tengo que contar cómo la hago últimamente.

   También deciros que la primavera no acaba de llegar por mucho que las flores estén saliendo. Lluvia y frío muchos días. Ha sido uno de los inviernos más duros que recuerdo. 




   Y bueno, he hecho un domingo orejas, porque ya me las estaban pidiendo y me salté por completo el Carnaval. Hay años que son locos y no se puede hacer nada más que pasarlos. 



Y ha llegado la Semana Santa. De momento fresca, pero para mí es una de las épocas más bonitas del año. En Ferrol mucho ambiente pero, más allá de eso, son unos días que me gusta vivir con tranquilidad y a mi manera. Espero que vosotros paséis una semana estupenda en todos los aspectos, según vuestra sensibilidad. Nos vemos pronto. Bicos.

 

lunes, 19 de febrero de 2024

Sartén de pollo al curry con garbanzos


   Pues aquí estamos de nuevo. He cambiado de móvil (gracias a Dios y a los Reyes Magos) y me ha costado un poco organizarme. Unas fotos en el viejo, otras en el nuevo... Al final, me he decidido por un plato que he hecho hoy que me ha encantado y las fotos más a mano.

   Es una receta sencilla, de las que me gustan porque lleva muchas hortalizas y es, relativamente ligera. Y de mucha enjundia. ¿Qué necesitamos?

Una bandeja de solomillitos de pollo

Un bote pequeño de garbanzos

Una cebollita

Una zanahoria

Pimiento rojo -un cuarto-

Un diente de ajo

Maizena, curry, ajo molido y guindilla picada

Aceite y sal

Un puñado de espinacas -opcional-



   Los solomillos los troceamos, quitando el trozo de pellejo del extremo, en trozos al gusto. Como digo siempre, más pequeño, cunde más. Los ponemos en un plato con una cucharadita de maizena, una cucharada de curry y un poco de ajo molido. El ajo molido, de Mercadona, lo uso bastante, la verdad. Removemos y dejamos un rato. 



   Por otro lado, cortamos las hortalizas, como veis arriba. Si preferís, más menuditas. Este corte de recetas chinas yo lo utilizo mucho pero es cierto que a nosotros las hortalizas nos encantan y nos gusta encontrarlas. Si preferís cuadraditos, pues también vale. 



   Por otra parte, preparé una masa de tortitas sin levadura, que ya está en el blog. Es muy fácil y las prefieren mil veces a las que venden. Un poco pesadiños, sí, pero hoy me dio tiempo. Ver Tortas de pan sin levadura.



   Las estiramos bien con ayuda de harina y el rodillo. Mejor finas. En la sartén, tengo una vieja para ellas, se hacen en minutos. Se inflan y después quedan como arrugaditas. Las comen encantados. 



   En una sartén amplia, calentamos aceite de oliva, un suponer, y añadimos el pollo que dejamos que se vaya dorando. Que no se me olvide decir: escurrimos bien los garbanzos en un colador. 



   Incorporamos las hortalizas y dejamos que se vayan haciendo con el pollo. A continuación los garbanzos. Salamos y añadimos un poco de guindilla molida o, si preferís, pimienta negra. En todo caso, un airito, que no pique mucho. Dejamos hacer un poquito y, a mí, se me ocurrió añadir unas pocas espinacas. Las tengo congeladas siempre. Dejamos que se haga junto a fuego medio. Probamos de sal y listo. 

   Resultó un plato super sabroso, muy completo y sanísimo, por todo lo que lleva. Yo la tortita la utilicé como el pan, para empujar el revuelto, pero los míos las rellenaron y les gustó mucho la combinación. A mí, la verdad, el revuelto me entusiasmó. Creo yo que también estaría muy rico un poco más salsoso con un arroz en blanco pero, así tal cual, lo comimos felices. Os animo a probarlo por rico, sano, barato. Las tres bes. Yo he de hacerlo más veces. Así salgo de las sempiternas lentejas porque tengo uno que no es de potajes y me complica un poco. 



   Más cosas que contar. Ha dejado de llover. No del todo pero sí hemos tenido días bonitos, tardes bonitas. Hasta buenas temperaturas. Ha llegado don Febrero y las tardes son más largas. No sabéis qué falta nos hacía a los gallegos. Ha llovido todo el otoño y la mitad del invierno. Por fin respiramos un poco. Hasta hemos comido un día al aire libre. Qué gozada.



   Y fuimos varios días a pasear a la costa. En la foto de arriba mi admirada playa de Campelo, que tiene unos atardeceres que son siempre un espectáculo. Ya os he hablado alguna vez de ella en estos más de diez años de blog.



   También sigo con mis clases de pintura. La última obra terminada: esta interpretación de un Cezanne. Humildemente lo digo. Me ha divertido muchísimo y creo que más adelante intentaré recrear alguna otra obra famosa. Modernista, seguramente. Es una actividad que me hace felicísima. Con lo mayor que soy, no sé cómo no empecé antes...

   Y hablando de ser mayor, mayor de edad, la vida nos ha hecho otro regalo y hemos vuelto a ser abuelos. Es una de las cosas más bonitas que me ha pasado. De verdad, estoy infinitamente agradecida. 

   Y claro, agradecidísima también de que me sigáis leyendo. Sé que lo voy tomando con más calma. Esto del blog es una aventura apasionante, también de las buenas, pero tengo que dosificar todo un poco. Me gustan tantas cosas... Espero sentarme pronto a escribir, que no pasen muchos días. Este último mes me ha consultado muchos lectores desde Hong kong, España, Estados Unidos, Irlanda, Israel, Francia,... Para que os hagáis una idea de la variedad de países desde los que me leen. La verdad, me impresiona y lo agradezco muchísimo. Os mando bicos a todos. 







 

   

lunes, 15 de enero de 2024

Resumen Navidad 2023-24


   Un año más toca hacer un resumen de las pasadas Navidades. Debo deciros, lo primero, que del día de Navidad no tengo fotos. Fue igual o casi a otras: consomé, vieiras, gambones al horno y pularda con su guarnición. Todo salió razonablemente rico y un poco agotador. Un año más dije: deberíamos hacer menos cosas; De nuevo mi marido dijo que estaba bien así: fiesta grande. No me debo quejar pero después de una Nochebuena espléndida y agotadora -nos acostamos muy tarde-, el día de Navidad es asaz fatigoso. Como digo, todo salió bien. Los niños encantados con el consomé, también tomaron pularda y relleno de salchichas. Una pena no haber hecho fotos. A ver si encuentro alguna de mis hijos más adelante. Como digo, muy parecido al año anterior. 

   El día 26 comimos en casa el ya conocido "pastelón estilo moruno". Nos gustó como siempre. Mucho. Es verdad que son sabores exóticos, canela, agua de azahar, cominos,... Pero es un día al año y nos encanta. 



   Una cosa que pasó con los gambones. La caja era tan grande que dejamos una buena parte en la nevera y se estaban descongelando. Así pues, el 26 los cocí al modo tradicional. Tono hizo una mahonesa de aguacate y eso fue lo que comimos. Gambones y pastelón. Me sorprendió lo ricos que estaban. Tantos años haciéndolos al horno, que me había olvidado de cocerlos. Puse un poco menos de sal de lo que se suponía y los encontré exquisitos. Desde luego más limpios que los otros. Así que tengo el propósito de hacerlos más veces (a veces los compro cocidos para diferentes preparaciones pero están muy salados). Esto fue novedoso. 



   El pastelón por dentro. No es una foto muy buena pero estaba muy rico. Lo hago volando porque compro la masa. Este año fue marca blanca de Gadis y nos encantó.



   Me pasa, con tanta fiesta, que algunos días duermo bien y otros mal. Nunca sé lo que va a pasar... Uno de esos días me sorprendió un precioso amanecer. Como ha llovido bastante, estos colores me alegran sobremanera. 



   Pasó la semana volando y llegó Nochevieja. Preparé los bistecs empanados, como siempre, y los acompañé con una salsa de curry que gustó mucho a unos -supongo que no a todos- y resultaron divertidos, como siempre. No les hice foto... Preparé con un poco de antelación una cola de salmón marinado. Casi de lo que más nos gustó el día primero del año. Estaba muy rico. Puse un poco de caviar de mentirita, una pella de mantequilla,... un rosco de pan.



   También preparé de víspera el fiambre trufado. Sabe hacerse casi solito y si sobra está muy rico para ir picando.



   Hicimos también el salpicón de pulpo y langostinos. Aunque la foto quedó muy fea, es un plato que nos gusta mucho y ha sido nuevo este año. Sale muy económico y es todo proteína y vitaminas. 



   Y seis días más para los Reyes. ¡Qué semana tan loca! Preparé la masa la víspera, que fue un día de los que no cabía nada más, y la dejé en la nevera. Esto de que fermente en la nevera, si son muchas horas, es fundamental para que la masa no se caiga. Va levando despacito y por la mañana está perfecta para trabajarla y preparar el último levado.



   Hubo que poner dos mesas porque éramos bastantes, una para los niños y otra para los mayores. Ya conocéis nuestro brunch de Reyes que incluye una mezcla de full Irish, huevos rellenos, roscón de Reyes y lo que se nos vaya ocurriendo. Solemos poner arándanos que les encantan a los niños. A todos.


  

    El roscón, como veis, subió. Quedó tierno y aromático. Naranja y azahar, azúcar mojado en anís para cubrirlo,... Lo que es el roscón típico de Ferrol. No creáis que lo hago sin respeto. Siempre temo que algo salga mal pero bueno, van saliendo ricos. 



 
  Y así pasó nuestra Navidad. Mucho comer, mucho comprar y poco descansar... Como suelen ser. Es verdad que con tanto lío se nos olvida un poco el verdadero motivo por el que estamos de fiesta pero es lo que hay. La vida nos lleva... y nos dejamos llevar. 

   Siento no haber hecho fotos del día 25 y mejores fotos de los demás días. Lo importante es que estuvimos de buen humor, que pudimos con todo -más o menos- y que, por ser tan buenos, sus majestades de oriente nos trajeron muchos regalos. Este año he sido santa, por lo visto. Gracias una vez más por leerme. Os deseo a todos que este año que empezamos sea maravilloso, o no peor que el anterior. Yo ya me conformo con eso. Bicos.