Translate

jueves, 1 de marzo de 2018

Tarta de cumple improvisada


  Hace unos días tuvimos en casa un cumpleaños. Me cogió por sorpresa pensando que aún faltaban un par de días. Esas cosas de que vives sin saber muy bien qué día del mes es... Sabiendo que le gustan las tartas clásicas, con bizcocho, me puse a hacer una genoise al cacao. No me voy a enrollar mucho con el bizcocho porque lo hemos hecho en el blog varias veces.

   Es un clásico bizcocho ligero que tiene como base: huevos, azúcar y harina. He sustituido un poco de harina por cacao Valor. Entonces... empezamos por pesar los huevos sin su cáscara. Estos eran tres pero podemos hacer más o menos. pesaban juntos 120 gramos. Vamos a poner 60 de azúcar y batimos bien con las varillas.  En la foto inferior aún falta un poco. Tiene que quedar una mezcla muy espumosa del doble de volumen que los huevos y el azúcar sin batir.


    Pesamos la harina... unos 60 gramos, pero no, vamos a poner 50  gramos de harina y 10 de cacao y lo mezclamos bien.  Parece muy poco pero está bien. El cacao valor es muy intenso.



        Mezclamos con los huevos batidos con el azúcar con la espátula blanda y procurando que no nos queden grumos. Es importante cernir la mezcla de harina y cacao.


        Ponemos la mezcla en un molde engrasado y espolvoreado con harina.


   Llevamos al horno a 180º. En poco más de media hora estará listo el bizcocho. Es sencillo. Para tartas y esas cosas. Para tomar solo es soso.


   
   Sacamos del molde y dejamos enfriar. 


     Se me ocurrió hacer una yema blanda de relleno. Mitad de peso huevo-mitad azúcar. Me quedó escasísima y no muy espesa. Tengo cocina nueva y para estas cosas aún no hemos cogido confianza. Se supone que a fuego lento se tendría que haber quedado espesita... Esto se podría cambiar por mermelada o una crema pastelera...



     Pues veréis... Abrí el bizcocho a la mitad, puse la yema blanda, que se hundió en la miga y espolvoreé con coco rallado. Yo pensando... ¡la he fastidiado!


     Después busqué en la despensa chocolate de cobertura. Se lo habían comido casi todo... Me "loquean". Quedaban 85 gramos. El mismo peso en nata líquida lo calenté a punto de hervor en el micro. Añadí el chocolate en trozos y removí hasta su perfecta disolución... sin azúcar. Esto era la cobertura improvisada. 


     Bañé la parte de arriba del bizcocho -que no tenía yema blanda- con oporto. No había niños así que no lo herví. Con alcohol. Cubrí con la mezcla de chocolate y volví a espolvorear con coco, recordando los lamingtons australianos y a mi amiga Camino. Mando un saludo cariñoso a los que me leen desde allí. ¡A la nevera un par de horas!



     Bueno, pues a todo esto, yo pensando que el relleno era una chapuza... Llega la hora del postre y me dicen que es una de las tartas más ricas que he hecho. ¿No es curioso? Por eso, aún sin estar muy convencida durante la elaboración... Comparto esta receta hecha con prisas y a lo loco. Por si sacáis de ella alguna idea que os guste. Ahora voy a pensar en todo lo que he utilizado:

Para el bizcocho:
Tres huevos
Mitad del peso en azúcar
Mitad del peso en harina

Para la yema blanda:
Dos huevos
Mismo peso en azúcar

Para la cobertura:
100 gramos de chocolate
100 gramos de nata líquida

Para bañar:
Una copita de vino de Oporto 

     Pues aquí queda está tarta que en una horita estaba lista. También cabría hacer el doble cobertura de chocolate y poner el mismo relleno... El coco, pues es para gustos, yo con los años me he aficionado a ¡tantas cosas! Ahora sí que os dejo. Os deseo a todos un feliz día. Aquí en Ferrol hace un tiempo que no se puede resistir. ¡Paciencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario