Abro este blog animada por mis amigas para compartir mi afición por la cocina y la buena mesa. Las recetas son fáciles y asequibles para todos. Muchas veces al gusto de mis hijos y siempre hechas con mucha ilusión. Espero que os gusten.
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viernes, 11 de octubre de 2019
Mermelada de tomate
Después de tomar en Cádiz la mermelada de espárragos trigueros, me dije a mí misma que tenía que atreverme con la de tomates. Eso por lo menos... ¿Cuál era mi miedo?, bueno, miedo ninguno, pero la había tomado comprada y no me había parecido de echar cohetes. Qué soy así yo... Entonces, en el supermercado compré tres tomates pera. Mirad qué poco arriesgué. Pesaban 350 gramos. ¿Qué hice? Vamos con los ingredientes:
350 grs de tomates
175 grs de azúcar blanco
Una tira de piel de limón
Una pizca de canela en polvo
(Más nada)
Lo primero que vamos a hacer es pelar los tomates y quitarles el corazón. Yo los pelé con el pelador pero podéis pasarlos por agua hirviendo cortándoles antes una cruz en la piel... Ya sabéis. La verdad, a mí el pelador me parece más rápido y limpio. Estos tomates pelados los cortamos en trozos más o menos grandes al gusto. Es verdad que si son trocitos chicos se reparte mejor en las tostadas. Fue la queja de mi hijo porque, como veis en la foto superior, yo no los corté mucho.
Sigo porque me lío. Los ponemos cortados y pelados en una tartera cubiertos con la mitad de su peso de azúcar, la piel de limón y una pizca de canela. ¿Por qué la canela?, bueno, quería aromatizar un poco sin exagerar. No se notaba mucho sabor a canela pero estaba elegante y fina. Llevamos a ebullición y vemos que el tomate suelta agua a lo loco. Así pues, tiene que hervir un buen rato. Veis arriba que uno de los tomates no estaba excesivamente maduro, pues no pasa nada, igual estaba rica la mermelada, ¿o no se comen los tomates verdes fritos? En este caso, la mermelada estaba bien cocinada. Como os decía, tienen que hervir lo suficiente para que se evapore el agua del tomate y coja cuerpo, también para que la pulpa de la fruta esté bien cocida y brillante, satinada.
En este caso hirvió unos 45 minutos a fuego entre medio y bajo. A según la cocina. Se nota cuando está hecha por el brillo de la fruta y el espesor. De todas maneras, tened en cuenta que al enfriarse siempre espesa un poco más. ¿Rica? Rica riquísima. Me sorprendió, nos sorprendió a todos, porque no recordábamos tan buena la comprada. Por ejemplo, con queso está divina. No tengo foto de ningún pincho de los que hicimos pero os digo uno que me gustó en particular: Pan, queso gorgonzola, mermelada de tomate casera y una anchoa. ¡Qué cosa tan rica!
Esto, de verdad que os animo a hacerlo. Si queréis, yo no lo hice, podéis escoger unos tomates más carnosos o quitar las pepitas. Con todo y con que estos tomates eran barateiros, que decimos en Galicia, la mermelada quedó buenísima y la mar de bonita. Creo que no voy a hacerle más publicidad. La semana que viene intentaré subir el dulce de membrillo que hice con los membrillos del Bierzo, que están de compañeros de la mermelada en una foto. Eran impresionantes de grandes y el dulce quedo divino. Se ve que no tengo abuelas... os deseo a todos un precioso fin de semana y un bonito día del Pilar. Ya sabéis que yo soy casi medio maña.
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