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jueves, 2 de julio de 2020

Bacaladitos empanados


   No sé qué nos pasa últimamente que cuando nos preguntan si queremos comer algo especial, una de las repuestas suele ser: Bacaladitos. Tengo amigas que dicen que no les gustan. En casa nos rechiflan y hoy me contaba mi cuñada que era lo primero que le habían pedido sus hijos que venían de viaje. Pues eso, que nos gustan los bacaladitos. En algunos sitios les llaman lirios pero en Ferrol se llaman bacaladitos de toda la vida. La forma más corriente de hacerlos es rebozados en harina y fritos. Son deliciosos. Puede ser una harina normal o también podemos escoger una especial para freír, estos días he probado la de Gallo y me encantó, o incluso una mezcla de harinas que incluya la de garbanzo, tan de Cádiz... Yo alguna vez combino trigo y maíz -de la amarilla- y sale una mezcla muy rica. 

   Hay ocasiones en que compramos los bacaladitos en el supermercado -si cuadra- y puede pasar que no estén tan frescos y queden más blandos al freír e incluso que se rompan. Si tenéis la duda, os aconsejo empanarlos porque es un rebozado más grueso que da más cuerpo al pescado y queda delicioso.

   ¿Cómo lo hacemos? Pues como siempre que empanamos un pescado que no sea graso o unas hortalizas. No ponemos directamente en el huevo batido si no que pasamos antes por harina blanca. Es decir: Harina-huevo-pan rallado. Podemos hasta comprar el pan rallado con ajo y perejil. Es que ahora hay de todo. Lo que tiene esto es que no es divertido pero ¡qué rico queda el pescado! Es raro que a alguien no le gusten los empanados, realmente raro.  



   Una vez empanados, sólo nos queda freírlos en abundante aceite de oliva que esté bien caliente. Que el fuego esté al máximo o casi... va a depender del grosor de la sartén y del tipo de cocina pero siempre aceite lo bastante caliente para que queden dorados. No chamuscados.

   Siento que las fotos no sean más bonitas pero son las que tengo. También recordaros que los bacaladitos tienen una tira de espinas finitas en el lateral que queda unido... Yo me las como pero se pueden dividir los lomos con unas tijeras de cocina y eliminar esas espinitas. Doradas apenas se notan, creo yo. Quizás parezca un pescado realmente humilde. A mí me parece que el verdadero lujo es tener en casa a alguien dispuesto a freírlo, ya sea yo o mi santo.



   Hablando de la harina de freír que os conté... Aquí veis unas rabas que rebocé el otro día. Se puede hacer en una bolsa o en una fiambrera. Con alegría. Queda un rebozado francamente rico aunque os digo que me gustaron más las anillas de pota, con perdón, que compré en el Mercado. Lo de "con perdón" es broma. Como veis, preparé unos bocadillos de pan negro con lechuga y una salsa de ajo que compré. Casi nunca me gustan las salsas compradas, la verdad. Excepto las que hago con mayonesa de bote, que le añado tontadas y me gustan bastante. Pero bueno, el bocadillo estaba delicioso y son ideas que a lo mejor os gustan u os inspiran otras cosas.


   Pues ahora a leer todo a ver si no he puesto ningún disparate... que estoy cada día más alocada hasta para escribir... Y para todo. Los años que no perdonan. Aquí os dejo de momento con estos consejos que quizás os vengan bien. El blog sigue, yo sigo, la vida sigue,... Y ya veremos qué va pasando. De la crisis no os hablo que me pongo antipática. Besos y abrazos.

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