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lunes, 4 de noviembre de 2019

Croquetas de morcilla serrana



   A la vuelta de nuestro viaje a Cádiz paramos en Santa Olalla del Cala, que está en la provincia de Huelva. Sí, en la Ruta de la Plata. Yo creía que Olalla era Eulalia en gallego, ya sabéis, Santa Eulalia de Mérida... Pues en huelva también hay Santa Olalla. Bueno, mi marido compró allí algunos embutidos: morcilla serrana, morcilla patatera y chorizo blanco. Los tres deliciosos, como os podéis imaginar. A mí la morcilla serrana me encantó. Esos embutidos los utilicé para diversos platos que después os comentaré. Con la morcilla se me ocurrió hacer croquetas. Ya sabéis que soy una apasionada de ellas. Así pues, me puse a hacerlas un día que tuve un poco más de tiempo. 


   En primer lugar hice una béchamel banca y muy tierna con una cebollita pochada, 50 grs de harina y medio litro de leche. Esto os lo he contado mil veces: pocho la cebolla en aceite de oliva, añado la harina, le doy unas vueltas y, a continuación, pongo la leche a poquitos sin dejar de remover fuera del fuego. Vuelta al fuego y dejamos hervir suavemente unos 20 minutos. Así en blanco, salamos y ya está rica. 


   Lo que hice fue añadir al final un puñado de morcilla en daditos. Sin exagerar de cantidad porque es bastante sabrosa. Veis en la foto que era poca cosa. Dejamos hervir unos minutos y apagamos. 


   Como veis, ese pequeño hervor de la morcilla ha dado color a la béchamel. También le ha dado un delicioso sabor. Tiene que gustar la morcilla, claro. 


   Una vez fría la béchamel, liamos las croquetas, que decía Carmen, con huevo batido y pan rallado. Dos cucharas y mucho cariño. Estas estaban demasiado tiernas.



   Por esta razón, la ternura, se abrieron un poco al freírlas. Tengo que ser menos tierna con este tema pero me gusta tanto que estén delicadas... 


   Ya en el plato, acompañadas de unas patatas y de cardo guisado con tomate. Es otra receta que os tengo que contar porque nos gustó mucho y yo no suelo hacer cardo. 


   Os enseñó también un par de fotos de otros usos que, a lo largo de estos días, dimos a estos productos onubenses. En la foto de arriba, detalle de un cocidito muy rico. En la siguiente, unas lentejas con su arroz en blanco que caen casi cada semana... Me resultan fáciles y encantadoras. 


   Pues aquí queda esto. Nos gusta probar cosas nuevas en los viajes y, a ser posible, traer algunas de las nuevas viandas que encontramos. Esto en concreto me pareció muy rico y se podía tomar cocido, frito o curado... Vamos, las tres bes. En cuanto a las croquetas, pues nos gustaron muchísimo. Os animo a hacerlas si sois de estas cosas, si no, pues de jamoncito o de pollo, que también son muy ricas. Os dejo por unos días pero no me olvidéis que tengo más cosas que contar. Bicos.


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